miércoles, 15 de diciembre de 2010

14. PROEMIO A MI HERMANO NENO

Son muy gratos los primeros recuerdos que tengo de mi infancia en la casa de la calle 61, pero de entre todos ellos aquél que recuerdo con más viveza es el descubrimiento de mi hermanito William junto a mí. Es difícil describir cómo fue mi niñez junto a él... Sigue en mi memoria como la persona más bella que he conocido en mi vida, con su gran sonrisa, su ojos que ríen y su cabello rojo, siempre curioso, inquisitivo, travieso, sin estar quieto un momento...
También recuerdo su ingreso a la primaria, y la lucha de mi madre contra todos por los prejuicios que había con las personas zurdas. Le dijeron que eso era un vicio, que era cosa del diablo, que era manía y que él sería mala persona cuando creciera. Le recomendaron que le amarrara el brazo izquierdo, que se lo rompiera o quemara... Ella lo defendió siempre, lo justificó y lo ayudó con tareas y con cuanto problema tuvo... hasta el última día de su vida así fue.
Mi hermanito, don William John de Jesús Endean Gamboa, nació el 25 de diciembre de 1963. Fue hijo de Gloria Gamboa Gamboa y William John Endean. Se casó por primera vez en abril de 1987 con Yamile Rosado Abdala, y al año siguiente se divorciaron de una forma que llegó a pleito y causó gran disgusto a mi madre y enorme depresión a él. Tres años más tarde, se casó con Marlene Cervera Sáenz y tuvo tres hijos: Marlene Carolina, William Alexander y Marianne Jocelyn.
Desde muy chico, comencé a llamarle "Neno", a raiz de cierta preferencia que mi madre había mostrado para llamarlo cariñosamente. O sea, le empecé a llamar así por puro celo, aunque tiempo despues este apelativo se volvió muy natural y él sabe que lo llamo así.
Siempre ha sido juguetón y mujeriego, muy mujeriego, y una nube de féminas siempre ha revoloteado a su alrededor. Lo interesante es que esta conducta ha sido la causa de grandes pasiones de varias mujeres, quienes incluso buscaron a mi madre para tener sus favores -que creían les acercaría más a William- y la apapacharon hasta la demasía con regalos, viajes, cartas, comidas, etc.
Otro gran encanto de Neno es su portentosa memoria, que le ha permitido aprender varios idiomas, pues habla el español, el maya, el inglés, el francés, el alemán, el italiano, el portugués, el ruso, el japonés y lo dejé aprendiendo el chino mandarín. Estudió la carrera de ingeniería industrial, pero nunca la ha ejercido, pues siempre quiso trabajar como guía de turistas. Sin embargo, ese trabajo ha afectado su salud, además de que recientemente no le reditúa lo que necesita para mantener el ritmo de vida que acostumbra.
Mientras vivió mi madre, aunque cada quien estaba en su casa siempre hubo entre ellos una especie de simbiósis, aún más porque ella se ocupada de varios asuntos, pagos y cobros que él requería. Cuando murió mi madre hace dos años algo ocurrió... como que Neno perdió el rumbo... como que la vida dejó de tener sabor y color. Se está volviendo una sombra de lo que fue y de la belleza sólo quedan la sonrisa y la mirada, aunque a veces ésta parezca invertida en una infinita tristeza.

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