lunes, 14 de febrero de 2011

20. SOBRE LA PRIMA BEATRIZ

Beatriz era una morena de altura estándar y grandes ojos oscuros. Era generalmente callada, dosificando sus palabras y sus intervenciones, aunque a veces, ya en confianza, se le podía escuchar dar sus razones, además de que tenía una conversación muy amena.
Quería mucho a mi madre y mis tías, y había una particular conexión de ella con mi madre, pues se parecían en varios sentidos.
Doña Beatriz Gamboa Ávila nació el 2 de febrero de 1947. Fue hija de don Rodolfo Ariosto Gamboa Gamboa y doña Cristina Ávila Febles. Ignoro cuáles fueron sus estudios, pero entró muy joven a trabajar al periódico Novedades de Yucatán, donde conoció a quien luego fuera su esposo, don José de Concepción Pereyra Lizarraga, a quien todos conocimos como "Pimpo". Se casaron en 1968.
En los años 70 se les presentó la oportunidad de ir a establecer las oficinas del periódico para el estado de Quintana Roo, por lo que se mudaron a Chetumal.
Recuerdo que íbamos al menos una vez al año a visitarlos, por lo que varias veces estuve con sus hijos Mauricio José y Beatriz Josefina cuando eran pequeños, y los he vuelto a ver intermitentemente. Como feliz coincidencia, hace unos meses me encontré con Josefina y conocí a su hija Josie y a su esposo Fernando. Además, tengo entendido que Mauricio está casado y vive en Veracruz.
Beatriz era una mujer muy inteligente. Eso decían mis tías y era anunciado públicamente por mi madre. Comentaban que había tenido la suerte de las feas, pues a ojos de su madre nunca podría tener la predilección que le dispensaba a su hermana María Cristina. Sin embargo, decían, Beatriz se había logrado labrar una buena vida al lado de un muy buen hombre.
Luego que salí de Mérida, supe intermitentemente de mi prima Beatriz, hasta que en abril del año 2003 mi madre me llamó llorando para decirme que había fallecido y que Pimpo estaba muy triste, y que no sabía si lo podría soportar. Desgraciadamente, así fue y Pimpo la sobrevivió cinco años más.
No es mucho más lo que podría decir de mi querida prima Beatriz, pero seguramente habrá alguien que pueda platicar más sobre esta gran mujer.

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